Actualmente, servirse agua u otro líquido de un dispenser es bienvenido cuando debemos beber líquido o tenemos sed.
Pero… ¿Estamos seguros que nadie más bebió de ese mismo vaso? ¿Y si estaba enfermo o dejó algún residuo tóxico?
Quienes beben de estos vasos convencionales de plástico o telgopor pueden hacerse las mismas preguntas. Además, deben saber que están expuestos a diversos riesgos, como contagiarse desde un resfrío hasta otras enfermedades más graves o ingerir sustancias extrañas.
¿Por qué sucede esto? Porque los tradicionales vasos de plástico o telgopor que se utilizan no son absolutamente descartables, ya que cuando éstos no son correctamente descartados, permiten ser reutilizados violando normas elementales de higiene. Como consecuencia de esto, la pureza del líquido que ingerimos puede verse afectada.
Por otro lado, suele ocurrir que escasean los vasos, por lo que el consumidor no puede acceder al servicio que le ofrecen, con el lógico malestar que esto provoca.

Por todo esto, creamos PAPERSIP. Para cuidar la salud e higiene del consumidor, y “aumentar” el beneficio que tanto la institución como el proveedor del líquido le ofrecen. No sólo saciar su sed, también asegurarle protección y agregar valor a la operatoria de las empresas e instituciones que ofrecen este servicio.

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